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Mecenazgos
Restauración del Organo de Santa Maria de Maó (1947)
Órgano construido en Barcelona por Joan Kyburz en el año 1809 e inaugurado en Maó al año siguiente después de un complicado viaje por la guerra de Napoleón.
En 1936 fue devastada toda la iglesia por grupos incontrolados al comienzo de la Guerra Civil, y el órgano sufrió graves desperfectos. La tarea de restauración fue confiada al organista Salvador Aragonés (ca. 1950) y el coste de la obra – entorno a las 200.000 pesetas – fue asumido íntegramente por Fernando Rubió Tudurí.
Podemos encontrar música registrada en este órgano:
Música española en el órgano de Mahón, (1977) LP Philips 6328224.
L’orgue de Maó, (1967) LP Edigsa AHMC.
En la biblioteca encontraréis tres publicaciones de Gabriel Julià Seguí:
Premios Menorca de novela y biografía.
En 1954, Fernando Rubió decidió crear los Premios Menorca. Fue un proyecto del Instituto de Estudios Mediterráneos que él presidia.
El objetivo de los Premios Menorca era dar a conocer y difundir ampliamente el nombre de la Isla de Menorca, al mismo tiempo que se ponía en marcha una nueva cita con el fin de destacar los valores de nuestra cultura occidental.
Su idea inicial era hacer tres convocatorias: novela, biografía e investigación, en tres años sucesivos. Cada premio estaría dotado con 200.000 pesetas. El eco mediático fue importante en Menorca, Barcelona y Madrid. La dotación económica triplicaba el Premio Planeta. Todas las instituciones menorquinas se unieron con ilusión para celebrar el acontecimiento.
A principios de 1955 se convocó el Premio Menorca de Novela y su adjudicación fue un acto solemne en la Biblioteca Nacional de Madrid, el día 30 de junio. El presidente del jurado fue Francisco Sintes Obrador – Director General de Archivos y Bibliotecas – un menorquín que ayudó mucho a Fernando Rubió Tudurí a llevar a cabo sus mecenazgos culturales.
La novela ganadora fue La mujer nueva de Carmen Laforet, a quien al año siguiente se le adjudico el Premio Nacional de Literatura. En 1956 se convoca el Premio Menorca de Biografía que ganó el Teniente Coronel Yagüe y el General del Estado Mayor Benavides, con la obra El Capitán General Don Joaquín Blake y Joyes, regente del Reino y fundador del Cuerpo de Estado Mayor. Esta obra, pero, no se llegó a publicar, por discrepancias.
En 1957 se convocó el Premio de Investigación, pero no se llegó a celebrar.
Para saber más:
Encontrareis estos documentos en el Archivo Personal de Fernando Rubió Tudurí (se encuentra en la Biblioteca), donde además hay una amplia recopilación de recortes de prensa sobre los premios Menorca.
Promoción de la obra del pintor Pere Pruna (Capilla de San Fernando de Mongofre).
Fernando Rubió conoció a Pere Pruna O’Cerans cuando los dos estudiaban en París.
La formación de Pruna consistía principalmente en absorber todo lo que podía de los ambientes artísticos e intelectuales de la capital francesa, donde conoció y trató ampliamente con Picasso, Jean Cocteau, Sert, etc. Tuvo un éxito internacional importante con exposiciones en Londres, Chicago y Barcelona.
Fernando Rubió avanzaba en sus negocios farmacéuticos y le encargó varios retratos a lo largo de la década de los años 30: de su mujer, Mercè Boada; su hijo mayor, Fernando Rubió Boada; de su yate, “Mercedes” y de él mismo. Fernando Rubió iniciaba así su mecenazgo a Pere Pruna. Este se reinició con fuerza después de la Guerra Civil Española y la Segunda Guerra Mundial.
La Capella de les Mares Reparadores (Barcelona), construida en 1928 por el arquitecto Enric Sagnier Villavecchia, fue incendiada durante la Guerra Civil y reconstruida posteriormente gracias al mecenazgo de Fernando Rubió Tudurí. Pere Pruna fue el encargado de la espléndida decoración dedicada a la Eucaristía, realizada entre 1952-1954.
Dos años después, Pere Pruna se encargó de la decoración del fresco de la Capilla de San Fernando, en la finca menorquina Mongofre Nou, propiedad de Fernando Rubió Tudurí. Hasta la muerte de Pruna en 1977, fue constante el apoyo que le dio Fernando.
Para saber más (libros que encontrareis en nuestra biblioteca):
Batlle, Helena. Pere Pruna. Barcelona: Labor, 1992 (Gent Nostra).
Jardí, Enric. Pere Pruna: l’artista que aspirava a la gràcia. Barcelona: Àmbit, 1992.
Miralles, Francesc. Pere Pruna. Caixa de Terrassa, 1998.
Coll, Isabel. Pere Pruna: pintor mediterrani 1904-1977. Ajuntament de Sitges, 2004.
Rosa, Fanny da. Vida de Pere Pruna (comentada por su hija Isabel).Barcelona, El Carro del sol, 1999.
Estatua a la memoria del menorquín ilustre.
Diego Saura i Vell nació en Alaior en 1598 y murió en Manila en 1631, una vida corta en años, pero llena de realización personal y dedicación al servicio de las misiones en Filipinas.
Después de realizar estudios en Mallorca y Barcelona, ingresa en el noviciado de los jesuitas de Tarragona y realiza sus primeros votos el 17 de julio de 1617. Conoce los fascinantes relatos de los misioneros jesuitas que trabajan en América y Filipinas y se abre un enorme horizonte ante sus ojos. Pide insistentemente ser enviado a aquellas tierras donde llega finalmente en julio de 1622. Murió en julio de 1631.
Un grupo de menorquines encabezados por Fernando Rubió Tudurí se propusieron peregrinar a Marinduque (Filipinas) con el objetivo de rendir homenaje a los altos valores espirituales de Menorca concentrados en la persona del joven sacerdote de Alaior.
La gran placa de bronce con el relieve del Padre Diego Saura, realizado en México por el escultor catalán Àngel Tarrach, fue recogida por Fernando Rubió Tudurí a mediados de noviembre de 1978 y ofrecida al Sr. Embajador de Filipinas en México, quien se encargó de hacerla llegar a Marinduque. Llevaba la siguiente inscripción:
El pueblo de la Isla de Menorca a su Hijo Reverendo Padre Diego Saura, misionero jesuita en la Isla de Marinduque 1598-1631
La dedicación de este monumento dentro del recinto amurallado de la Iglesia de Boac, se hizo el día 8 de febrero de 1979, como acto culminante de la peregrinación menorquina.
En la Biblioteca Fernando Rubió Tudurí podemos consultar documentos relativos a esta peregrinación de los menorquines a Manila en 1979.
Fernando Rubió dedica parte de su vida al mecenazgo, dedicando grandes recursos a diferentes entidades de la Isla de Menorca.
1941-1950:
1951-1960:
1961-1970:
1971-1980:
1981-1990:
1991-1994: